Da la sensación de que cada año despertamos del largo letargo del invierno y nos lanzamos al exterior a nada que hace buen tiempo. De esta forma, cada primavera y verano se experimenta un boom del outdoor que se manifiesta en el deseo de reconfigurar los exteriores de la casa.
El contexto de pandemia en el que nos encontramos este 2020 ha hecho que ese deseo se potencie: ante la incertidumbre por lo que está fuera, buscamos los entornos seguros en casa sin renunciar al sol ni a las agradables veladas nocturnas fuera.
Los materiales ideales
Son los que tienen propiedades adecuadas como el antideslizamiento, pero también resultan estéticos para los espacios exteriores por los aires naturales con los que están dotados. Entre ellos podemos destacar tres: la madera, la piedra y el cemento.
La madera se usa con frecuencia en el mobiliario, pero también, y cada vez más, para tarimas que delimiten un espacio específico o para suelos que hagan de senderos.
El cemento presenta más resistencia y durabilidad, a lo que se suma su amplia gama de colores, texturas y acabados. La piedra, por otra parte, resulta versátil y muy estética.
Cualquier espacio sirve
No todo el mundo puede disfrutar de un amplio jardín, tenga piscina o no, pero la terraza de un apartamento también puede reconvertirse. La clave está en aprovecharse de algo que también es tendencia: alargar tanto como se pueda el espacio interior y que apenas haya obstáculos con el interior. Usar el mismo pavimento es un ejemplo.
El suelo cerámico, por ejemplo, es un clásico. También cuenta con una amplia variedad de diseños y resiste bien a las inclemencias meteorológicas propias del exterior. Una vez montado, será cuestión de escoger los detalles adecuados: mobiliario acorde al espacio, plantas para conectar con la naturaleza, etc.
Con todo, la innovación en la fabricación de pavimentos de vanguardia tiene mucho que ver con el boom del outdoor, y aprovechar los exteriores más allá del mero almacenamiento es ganar en calidad de vida.