Este verano es uno de los más calurosos de los últimos 50 años, en muchas zonas de nuestro país se han alcanzado temperaturas que han llegado a suponer un riesgo para la salud (especialmente en zonas de interior de la península). Por este motivo, debemos tener la casa preparada para poder sobrevivir a las altas temperaturas, sin caer en la tentación de tener todo el día el aire acondicionado encendido y pagar una elevada factura de la luz .
El portal Habitissimo ofrece una serie de medidas para que puedas afrontar los días de mucho calor y te ayudarán a bajar unos grados a tu vivienda:
1. Las ventanas son las grandes aliadas para combatir el calor
Lo importante cuando llega el calor es aislar correctamente la vivienda sobretodo en aquellos puntos de contacto con el exterior: fachadas, ventanas o tejados. Por ello, es muy aconsejable revisar las ventanas, marcos y cerramientos, ya que son los elementos de menor espesor y capacidad de aislamiento de nuestra vivienda.
Para aumentar el aislamiento mediante estos elementos habitissimo recomienda tener en cuenta que la carpintería debe tener garantizada su impermeabilidad al aire y ser totalmente estanca para impedir la entrada de aire. Una de las mejores opciones son las ventanas que tienen un sistema de rotura de puentes térmicos que integran un elemento aislante que impide que entre el calor.
Destacar, que un cristal óptimo es tan importante como una buena ventana, ya que hasta el 25% de la energía de las viviendas es intercambiada por las ventanas. Por otro lado, el acristalamiento debe estar compuesto por dos vidrios de al menos 6 y 8 mm de espesor, disponiendo de una cámara de aire entre ellos (son los conocidos como tipo climalit) que aísla tanto del frío como del calor.
Además de esto recuerda bajar las persianas y cerrar las ventanas durante las horas de más calor, ya que es una forma de evitar que el aire caliente entre en los hogares. Cuando caiga el sol, por la tarde, y bajen las temperaturas puedes abrir de nuevo las ventanas y subir persianas. La casa estará más sombría, sí, pero con algunos grados menos que sin duda se agradecen.
2. Mejora el aislamiento en paredes y techos
Tener un buen aislamiento en paredes y techo puede llegar a reducir más de un 30% los gastos en refrigeración. Para asegurarte de que el calor no entra por estas partes de tu hogar, aplica materiales aislantes de la forma más adecuada a cada situación. En el mercado hay multitud de soluciones, desde las más sencillas como pinturas que reflejan la luz y desvían el calor, hasta las más sofisticadas, como fachadas ventiladas: un sistema de doble hoja cuyas capas están separadas por material aislante y una cámara de aire que protegen el interior de las altas temperaturas, que además reduce los puentes térmicos. Déjate asesorar por un técnico cualificado, que te propondrá la mejor solución teniendo en cuenta la ubicación de la casa, su orientación y tamaño.
3. Utiliza solamente los electrodomésticos que necesites
Los electrodomésticos emiten calor, especialmente el horno, la lavadora o la secadora. Si puedes, utilízalos en las horas con temperatura atmosférica más baja o cuando no tengas que quedarte en la cocina. Nuestro consejo es que uses electrodomésticos eficientes para mantener la casa más fresca.
Recuerda que las bombillas tradicionales también calientan y aumentan la temperatura, así que opta por tecnología LED. Además es una buena forma de ahorrar ya que las bombillas incandescentes gastan un 90% de electricidad en generar energía calorífica, de modo que deshacerte de ellas es una buena forma de refrescar la casa y reducir la factura de la luz.
4. Decora para el verano
La pintura es otra de las maneras que tenemos de conseguir espacios más frescos. Por eso, deja los grises, terracotas o marrones para el invierno y apuesta por tonalidades pastel, mucho más adecuadas para conseguir una vivienda más fresca en verano. Con un presupuesto muy bajo, conseguirás darle un giro a tu vivienda y si la pintas de uno de estos colores puramente estivales, el resultado será óptimo.
Los muebles de madera ayudan a regular la humedad de las habitaciones, así que es una buena opción para mantener tu casa algo más fresquita. Si tienes alfombras, es el momento de retirarlas y cambiar las fibras sintéticas por las vegetales, que también ayudan a absorber mejor el calor y la humedad. Mejor que los sofás sean de materiales naturales como el lino o el algodón. Si son de cuero, o peor aún, de piel sintética, es fundamental que utilices una funda.
5. Rodéate de plantas
Una manera muy sencilla de conseguir un ambiente más fresco es a través de las plantas y las flores. El agua, al evaporarse, hace bajar la temperatura del ambiente.
Aprovecha este recurso que te da la naturaleza y, si tienes terraza o jardín, regarlo te ayudará a reducir la temperatura un par de grados. Utilizar especies adaptadas a la climatología del lugar permitirá no consumir agua de riego en exceso. Si tu vivienda no dispone de un espacio amplio en el exterior que sea posible remojar, una solución puede ser colocar plantas y maceteros en las ventanas, que al absorber los rayos de sol crearán una película de frescor que el aire esparcirá por la estancia en la que se encuentre.
Fuente: El Periódico del Azulejo